Redescubriendo el mediterráneo: Da Greco
La Doctrina no es pacífica en cuanto a italianos se refiere, pero creo que a cualquier amante de la cocina italiana y de las cosas bien echas le gustará este restaurante. Este tipo de locales me encanta. Reconozco estar cada vez más cansado de la mala educación y de los manteles de papel, de la tortilla de patata criogenizada y demás experimentaciones, para eso me quedo casa.
Al entrar al local uno encuentra un recibidor amplio, recargado con todo tipo de fruslerías. No se trata, sin embargo, de la típica decoración impersonal de restaurante italiano franquiciado; estamos más cerca del italiano de Nueva York que de la tasca romana. La mantelería, la cristalería, el esmerado servicio, y sobre todo la comida, no dejan de recordar la diferencia con los monótonos clones que podemos encontrar en cualquier capital de provincia.
Al pedir el vino, evitamos las referencias españolas y nos decantamos por un blanco italiano, de precio similar a varios de los españoles y que no defraudó en absoluto. Empezamos con unos entrantes: antipasto de verduras y ensalada caprese. De pasta, probamos los tortellini de trufa blanca al gorgonzola y los spaguetti fruti di mare (28 lauros pagados muy a gusto, de alguna manera el plato estrella). Tienen por costumbre, además, servir un pequeño plato de degustación de aquello que haya pedido otro comensal. Al postre no llegamos con hambre. Tuvimos que prescindir del brownie, que en la carta de postres aparecía adornado con toques casi de leyenda urbana. Será en otra ocasión.
Unos 30 o 40 euros por persona aproximadamente. En los Jardines de Gracia, al lado de la Diagonal.
Por favor, no dejéis de acudir al servicio, además de lavaros las manos antes de comer, cosa sana, podréis sentaros en una butaca de cuero (no entiendo que hace junto a los mingitorios) y contemplar un busto romano.
PS: Para cenar tienen dos turnos:ocho y media y diez y es conveniente reservar. Que ustedes lo disfruten.
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